1. Elaboración de proyectos digitales
La puesta en marcha virtual elimina la ambigüedad de la ecuación mediante la extracción de detalles sobre tolerancias, rendimiento, interfaces de software y mucho más para generar especificaciones precisas del sistema. El proyecto digital resultante elimina la confusión y optimiza la instalación.
Una vez creado, este modelo puede reutilizarse como herramienta de "copiar y pegar" para replicar líneas en varios sitios. Los fabricantes se benefician de la coherencia y rapidez de las implementaciones, y de una forma fiable de ampliar la capacidad de producción sin tener que reinventar la rueda cada vez.
2. Reducción del tiempo y el coste posterior a la instalación
Una vez, un importante constructor de líneas me dijo que, al construir una nueva línea, solo el 20 % del coste total corresponde al diseño, la compra y la instalación. El otro 80 % viene después, a través de la depuración y la integración, así como de conseguir que la línea funcione sin problemas. La eliminación de todos los errores tras la instalación tarda, de media, 12 meses.
Las pruebas virtuales evitan esto probando los flujos de proceso, las interacciones de la máquina e incluso las intervenciones del operario por adelantado. Estas pruebas digitales proporcionan importantes perspectivas sobre posibles puntos de bloqueo y puntos de fallo. Al resolverlos en el mundo virtual, las empresas evitan el tiempo de inactividad y las costosas sorpresas que se producen en el mundo real.
3. Construcción de líneas de producción preparadas para el futuro
Con un gemelo digital completo, las empresas pueden explorar las configuraciones, los ajustes y las opciones de ampliación sin incurrir en los gastos de cambios físicos. A medida que las demandas del mercado evolucionan o los volúmenes fluctúan, las líneas se pueden adaptar con confianza. Esta agilidad es crucial para los fabricantes que se enfrentan a incertidumbres, lanzamientos de nuevos productos o a la volatilidad de la cadena de suministro.
4. Prueba de los sistemas de seguridad
En entornos como la fabricación de baterías de vehículos eléctricos, la diferencia entre el funcionamiento correcto y el error de los sistemas de seguridad es cuestión de vida o muerte. Las descargas eléctricas, la exposición a productos químicos y las cargas pesadas suponen riesgos, por lo que la comprobación de estos sistemas en condiciones reales es difícil, especialmente porque las funciones de seguridad rara vez se limitan a una máquina.
La puesta en marcha virtual permite realizar pruebas exhaustivas de las estrategias de seguridad en un entorno controlado que replica la producción real. Los fabricantes obtienen una imagen real de cómo reaccionarán las máquinas y las líneas ante las fallos de seguridad, sin exponer a los operarios a riesgos.