PPWR: Por qué la colaboración entre cadenas, la trazabilidad y el packaging inteligente son fundamentales

Requisitos del Reglamento

El Reglamento introducirá nuevos requisitos tanto para los gobiernos como para la industria. Además de cumplir con estrictos objetivos de reducción de envases, los Estados miembros tendrán que poner en marcha programas de devolución de depósitos (DRS) para las botellas de plástico y las latas de bebidas, y establecer sistemas e infraestructuras que permitan la devolución y la recogida separadas de todos los residuos de envases de los usuarios finales, a fin de facilitar un reciclaje de alta calidad.

Los productores deben convertir todos sus envases en reciclables para 2030 y deben documentar y reportar las cantidades de envases que utilizan. La normativa también actualiza las disposiciones sobre sustancias prohibidas en los envases, establece nuevos objetivos para el contenido reciclado e introduce restricciones y metas para la reutilización y el relleno. Estos cambios mejoran la responsabilidad extendida del productor (EPR) obligatoria existente para los productores de envases, que implica contribuciones financieras para los costos de recolección, clasificación y reciclaje de residuos de envases.

Asignación de responsabilidades

En esencia, el Reglamento impulsará la trazabilidad de los residuos y aumentará la presión sobre los fabricantes de bienes de consumo para que se hagan responsables de los envases que ponen en el mercado durante toda su vida útil.

Aunque muchas de estas obligaciones se han puesto en negro sobre blanco (¡a veces en gris!) en el texto que han acordado los legisladores europeos, este Reglamento tiene toda una dimensión no escrita.

Lo que las distintas partes de la cadena de valor deben tener en cuenta es que no podrán cumplir sus obligaciones trabajando de forma aislada. Será necesario un nivel sin precedentes de colaboración entre todos los integrantes de la cadena. Los fabricantes solo podrán diseñar envases que puedan reciclarse a escala si saben cómo serán las infraestructuras de recogida y clasificación de residuos, y qué tecnologías de clasificación y reciclaje se utilizarán. Los fabricantes tendrán que conocer sus envases de forma integral.

Esencialmente, el Reglamento aspira a crear el marco para una economía circular del packaging que, en la práctica, supondrá la trazabilidad de los materiales a lo largo de toda la cadena de valor.

Automatización de la trazabilidad para potenciar la circularidad

La clave para lograr la trazabilidad de los envases a lo largo de su vida útil son los datos, y eso requiere soportes de datos que sean legibles durante toda la vida útil del envase, incluso si este se ensucia o se daña. Sin embargo, la experiencia nos ha enseñado que los soportes de datos tradicionales —que sí cumplen su cometido desde que se aplican en el envase, en la fabricación, hasta que llegan al consumidor— no funcionan bien una vez que el producto se consume y el envase se desecha. Esta es una de las principales cuestiones que hay que abordar para lograr eficazmente la tan esperada circularidad.

En este sentido, las marcas de agua digitales ofrecen varias ventajas con respecto a los soportes de datos tradicionales. Mantienen su funcionalidad incluso al exponerse a condiciones adversas, como fuertes velocidades de cintas o suciedad y aplastamiento intensos. Gracias a estas cualidades, las marcas de agua digitales ofrecen una herramienta prometedora para impulsar el reciclaje mediante la identificación automática de los envases en las plantas de reciclaje. A partir de los datos de la marca de agua, el envase se puede dirigir automáticamente al flujo de clasificación correcto, lo que a su vez se traduce en flujos más limpios y materiales reciclados de mayor calidad. 

Consciente de este potencial, OMRON se ha asociado con Digimarc, líder en tecnologías de marcas de agua digitales, para desarrollar una innovadora solución de automatización industrial para el seguimiento de los envases a lo largo de toda su vida útil.

Superar los retos

Uno de los retos a los que se enfrenta la implementación de esta tecnología en entornos industriales es que las marcas de agua deben identificarse, leerse e inspeccionarse a alta velocidad para que sean viables comercialmente. No se trata de una tarea sencilla, especialmente cuando los envases están fabricados con materiales difíciles de inspeccionar o presentan orientaciones diferentes. 

Los avanzados sistemas de visión de OMRON, basados en IA y algoritmos de aprendizaje profundo, han abierto nuevas posibilidades para identificar, inspeccionar e iniciar funciones de seguimiento rápidas y precisas a velocidades extraordinariamente altas, incluso al escanear formatos complejos, como botellas cilíndricas etiquetadas o películas transparentes.

Ventajas más allá del cumplimiento

La adopción de esta tecnología para la identificación y clasificación del packaging es importante en el contexto del PPWR. Pero sus ventajas van más allá de facilitar el cumplimiento del Reglamento. La automatización de las comprobaciones de control puede aportar valor al evitar clasificaciones o etiquetados incorrectos de los componentes del producto acabado, y al aumentar la velocidad y precisión de la fabricación, el procesamiento y la distribución de los productos envasados.

A medida que entramos en una época en la que exigimos responsabilidad sobre los residuos de envases y buscamos cerrar el ciclo del packaging, la trazabilidad se está convirtiendo en un pilar fundamental de las cadenas de suministro. Gracias a los avances en la identificación automatizada, el packaging inteligente con marcas de agua digitales se convertirá en una potente herramienta para recuperar recursos.