Automatización industrial y robótica: ¿sigue siendo un sector exclusivamente de hombres?
Publicado a las 07 de febrero de 2024 el Sustainable Manufacturing
¿Cómo es ser una mujer en el sector de la automatización hoy en día? Tres mujeres de OMRON Europe nos cuentan sus experiencias en el ámbito de la automatización industrial, los retos a los que se enfrentan y las herramientas y el apoyo que las han ayudado a prosperar.
Cuando Wendy Tonks comenzó su andadura profesional en el ámbito de la ingeniería en el Reino Unido, hace poco más de 20 años, una de las primeras reglas que tuvo que establecer es que ella no iba a ser la encargada del té.
«Yo tenía veinte años y era la única mujer en un equipo de hombres, casi todos de unos 40 años y procedentes de la fuerzas navales, por lo que mi vida era muy interesante. Bromeaban mucho y daban por hecho que yo me encargaría del té. Yo siempre decía que no porque pensaba que era importante establecer ese límite desde el principio», explica.
Sus colegas varones tardaron un par de años en considerarla un igual.
«Tuve que ganarme esa confianza y demostrar mis capacidades», recuerda.
Dos décadas después, por suerte, Wendy ya no tiene que lidiar con actitudes misóginas en su entorno laboral. Es Lead System Test Engineer en OMRON Europe y trabaja en el equipo de I + D de la empresa en los Países Bajos, compuesto por ingenieros de hardware y software, científicos de datos, controladores de calidad e ingenieros mecánicos. Una cuarta parte de sus colegas son mujeres.
«Contamos con mujeres en todas las áreas de I + D de los Países Bajos, y es genial. Me encanta que tengamos un equipo tan diverso, ya que fomenta diferentes formas de pensar, lo que puede ser muy útil a la hora de resolver problemas», apunta.
Todavía una minoría
Sin embargo, Wendy afirma que, fuera de su lugar de trabajo, cuando asiste a eventos y conferencias del sector, se sigue considerando que la presencia de una mujer en el área de I + D de la automatización es una especie de anomalía.
«No suele haber muchas mujeres haciendo presentaciones sobre temas técnicos, algo que se destaca a menudo en las conversaciones. Me dicen cosas como "Vaya, eres la primera mujer con la que he hablado hoy"».
Esta anécdota que demuestra que las mujeres siguen estando infrarrepresentadas en los puestos de tecnología e ingeniería está respaldada por numerosas fuentes de datos. En su análisis de la fuerza laboral europea de 2022, McKinsey y Eightfold AI revelaron que las mujeres ocupan solo el 22 % de todos los puestos tecnológicos en las empresas europeas.
Uno de los mayores problemas de estar en minoría es la sensación de aislamiento que puede crear.
«Durante gran parte de mi trayectoria profesional no pude hablar sobre cómo me sentía, ya que todos mis amigos trabajaban en áreas como contabilidad y turismo, que eran mundos muy diferentes a la ingeniería. Ahora, busco esa camaradería y espíritu comunitario, y asisto a eventos que ofrecen una plataforma para que las mujeres presenten sus ideas y debatan sobre ellas. La semana que viene asistiré a un evento para las mujeres dedicadas a la ciberseguridad, por ejemplo. Creo que estas reuniones del sector fomentan una sensación de comunidad que hace saber a las mujeres que no están aisladas», explica Wendy.
La soledad en la cima
El aislamiento suele aumentar conforme las mujeres van ascendiendo, ya que solo un porcentaje muy pequeño llega al nivel sénior. En los altos cargos de las empresas tecnológicas europeas, solo uno de cada siete ejecutivos es una mujer, según los datos de las figuras.
Philippa Glover es madre de dos hijos y miembro del Senior Leadership Team de OMRON en el Reino Unido e Irlanda. Afirma que, en los comienzos de su trayectoria profesional, nunca se vio a sí misma como una «mujer en la industria» y que solo se dio cuenta de que casi siempre era la única mujer en la estancia después de tener hijos y estar más expuesta a la alta dirección.
«En la actualidad, por desgracia, no siempre hay otras mujeres en la sala. Esto puede resultar incómodo y, por ello, tenemos que crear un entorno de apoyo. Contar con espacios seguros para hablar sobre las experiencias positivas y los obstáculos con los que nos encontramos forma parte de eso en gran medida».
La importancia de la alianza
Continúa: «Soy una gran defensora de las alianzas y formo parte de un grupo maravilloso de colegas líderes, tanto hombres como mujeres, que me han apoyado, defendido y, lo que es más importante, desafiado a llegar al punto en el que estoy, y que seguirá haciéndolo para ayudarme a alcanzar mi potencial y construir una carrera gratificante y llena de éxitos».
Junto con las alianzas, la orientación y la formación son otra forma de apoyo que puede resultar inestimable para las mujeres que ocupan cargos séniores. Como Team Lead for IPC, HMI & Robotics en la fábrica de OMRON en Brabante Septentrional (Países Bajos), Iris Brem, de 31 años, se encuentra a cargo de un equipo de 26 empleados de planta.
Esta joven gerente con experiencia técnica ha descubierto que la gestión y la motivación de las personas son uno de los aspectos más difíciles de su puesto. Por ello, le pidió a la exdirectora de logística de las instalaciones, una colega a la que admiraba y respetaba, que la guiara en su propio desarrollo y en la toma de decisiones.
«Nos reunimos todos los meses y discutimos los obstáculos a los que me he enfrentado. Ella me ayuda a afrontarlos y me da consejos. Hablar de ello ayuda, y su gestión del personal me parece muy inspiradora», afirma Iris.
Las nuevas condiciones de trabajo promueven la igualdad
Iris también opina que, a medida que los empleadores adoptan prácticas laborales más flexibles, se están eliminando algunas de las barreras prácticas que históricamente han impedido a las mujeres acceder a puestos más altos.
«La semana laboral de 40 horas es mucho menos común de lo que era, ya que nos esforzamos por lograr un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal. Además, el cuidado de los niños se está repartiendo de forma más equitativa entre los padres, y las empresas están más abiertas al trabajo híbrido y a tiempo parcial. Con estos cambios, creo que deberíamos ser capaces de invertir la tendencia de que muy pocas mujeres forjen sus carreras en el sector de la tecnología», dice Iris.
Sin embargo, aunque hoy es más fácil, desde una perspectiva práctica, que las mujeres compaginen el trabajo y los cuidados, la falta de seguridad y confianza en sí mismas todavía puede frustrar el progreso.
«En mi equipo, hay mujeres con ambición, pero sin confianza. Trabajo con ellas en planes de desarrollo, ya que quiero animarlas a alcanzar sus ambiciones profesionales. Creo que a veces necesitan que las alienten a creer en sí mismas».
Afirma que la estructura no jerárquica y los valores inclusivos de OMRON ayudan en este sentido.
«En OMRON, hay 26 nacionalidades diferentes. Los hombres y las mujeres reciben el mismo trato. Todos se consideran iguales».
Consulte en nuestro blog otros casos en nuestra serie de artículos sobre las mujeres en el sector de la automatización, donde analizamos qué hay que hacer para atraer a más mujeres a este sector.
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